miércoles, 30 de septiembre de 2009

Sin Título; Técnica Mixta



En el teatro son varios los componentes presentes para llevar a cabo un espectáculo; el autor o creador, el texto escrito o los códigos complementarios, el actor-personaje, la acción, el lugar o espacio en donde se sitúa la acción y el público. Manuel Sito Alba afirma que es mediante el espacio donde se verifica la representación y donde se inscriben los movimientos de un cuerpo determinado para construir el significante. Ante esto podríamos decir, que es el lugar donde se lleva a cabo la acción, la clave del sentido de la obra. El autor le dedica un capítulo completo al “lugar” en su libro “Análisis de la semiótica teatral” en el cual hace alusión a varios puntos importantes de los cuales utilizaré algunos para analizar “Sin título; técnica mixta”, obra dirigida por Miguel Rubio y representada por el grupo Yuyachkani.

En esta obra el espacio no es solo un componente más sino mas bien el eslabón principal. Junto a la presencia de los cuerpos, el espacio se convierte en el elemento esencial de la presentación, en donde todos los ahí presente adquieren un signo y un significado impactante. El mismo espectador desde el momento en que entra a la sala adquiere cierta importancia y pasa de ser espectador a ser partícipe de lo que está pasando o está apunto de suceder. El darse cuenta al ingresar a la sala que no hay donde sentarse, es desconcertante, uno intenta encontrar un lugar específico y no lo hay. Desde ese momento comenzamos a ser parte de aquellas sensaciones que el montaje plantea. La incertidumbre y la inseguridad de no saber qué es lo que va suceder, si de pronto eso es todo o hay más, el no saber que tendremos que movernos para darle permiso a otro espectador o quizás también a un actor, nos mantiene presentes y en un rol activo.

Alba menciona que la distancia tiene un valor significativo y en esta obra se demuestra. Si bien cada actor dispone de un lugar propio al comenzar la obra, luego esto cambiará; al mismo tiempo, el acercamiento que uno como espectador puede tener con todo lo que está presente en la sala, le brinda una cierta confidencia. Los objetos pasan de ser utilerías a ser testimonios e información que están ahí con el fin de activar la memoria y de hacer al espectador moverse, caminar, elegir qué mirar, qué leer y en dónde instalarse.

Las obras generalmente se desarrollan en un lugar que simboliza un sitio no presente que a su vez pertenece a la acción dramática. En Sin Título, se valora el espacio como el desván de un museo, como un depósito de un archivo de la nación donde se encuentra la información amontonada. Se ven trajes, vitrinas con documentos antiguos, libros, documentos históricos, fotografías, carpetas escolares, banderas, uniformes y cajas. Se convierte en un lugar en donde la evidencia está presente y uno puede acercarse a ella comprometiéndote no solo como espectador, sino como testigo. Se pone frente a uno, todo aquello que se dice y no se dice, que sucede, que se ve, se oye y hasta se huele. El cuerpo de los actores es parte de la documentación.
En este caso, como Alba lo menciona, el lugar tiene una funcionalidad esencial y es: hacernos partícipes del momento, hacernos testigos de la historia.

Evidentemente no existe una cuarta pared, no hay un frente desde donde se observa la acción, esta puede partir de cualquier lado y a veces en simultaneidad hasta el punto que el público decide cual mirar, en cual participar. Hay unas tarimas móviles en donde algunas acciones se llevan a cabo en lo alto y circulan por todo el espacio con el fin de que los espectadores puedan verlas. El tener todo sucediendo a tu alrededor, por detrás, a un lado y al otro, juega con los sentidos, con la mente y deja sensaciones de aturdimiento, encierro, impotencia y muchas otras relacionadas a lo que se presenta. El público, o mejor dicho los testigos, son parte del espectáculo, no hay una diferenciación entre los componentes personajes-público.

El modo de utilizar el espacio es lo más impactante de la obra, se utilizan todos los rincones, todos los espacios, todas las formas. De tener a los actores alrededor, pasan a estar al medio, a los lados, en fila, caminando por el espacio, en un rincón cambiándose, debajo de otro personaje y arriba. Cada lugar, más que presentar las personalidades de los personajes, reflejan sus situaciones anímicas y sus jerarquías frente a otros. Alba llama esto “códigos espaciales” lo cual se utiliza no solo con el espacio en Sin Título sino también con la diversidad de lenguajes que utilizan. Se utilizan diferentes lenguajes visuales, sonoros, corporales, literarios, preformativos y aún más que despiertan los sentidos. Los olores, los ruidos, los diversos matices de colores en cada parte de la obra, son elementos complementarios que se suman a la construcción de la obra. A la vez, son los mismos actores junto al uso de la música, los elementos que utilizan y los códigos presentes, que te transportan a diversos lugares. Si bien el depósito de un museo comienza a vivir y a movilizarse, son varias las imágenes de lugares que a uno como espectador se le pasan por la mente; desde un aula escolar hasta un tribunal.

Otro elemento importante es la movilidad. El movimiento de las estructuras, como Alba lo menciona en su libro, sirven de complemento al actor-personaje ya que se utiliza no solo para que el público lo vea sino para llamar la mirada con rapidez de un lado al otro. El cambio de vestuarios, o el sacar de dentro a fuera algún indumento, permiten al espectador estar atento de todo lo que sucede a su alrededor y con rapidez a la vez que transmitirle al público ciertos sentimientos y sensaciones; angustia, urgencia, violencia.

Esta obra se sale por completo de los límites de estructuras dramáticas convencionales. El texto no lo es todo, sino por el contrario, parte del todo. No hay algo que se pueda llamar “argumento”, más bien es un conjunto de materiales diversos que aparecen de manera visual y corporal, formas y sensaciones diferentes que habitan en un espacio común. Se rompe la estructura dramática convencional de exposición, nudo y desenlace. Es decir, no se cuenta una historia sino mas bien se utiliza la historia del Perú y especialmente dos momentos claves de esta; la guerra del Pacífico que involucró en 1879 a Bolivia, Chile y Perú y de los graves hechos de violencia ocurridos entre los años 1980-2000. Se interviene en la sociedad con el teatro trabajando con documentos de la CVR que recupera historias y testimonios de personas que fueron testigos de actos de violencia cometidos por las organizaciones subversivas como por el estado peruano con el fin de mostrar que el estado peruano no ha cambiado y que el abismo que existe entre su población se mantiene.

La guerra con chile sigue siendo una herida latente entre los peruanos. Existe en las intenciones de los creadores de Sin título; técnica mixta una necesidad de “decir algo”. Se puede afirmar que hay una memoria acumulada que genera, en términos artísticos, una acumulación sensible; es decir, un trabajo de investigación que hace que los actores a partir de sus entrenamientos e improvisaciones guarden aquello que luego pondrán en conjunto. Se podría decir que no hay una historia, no hay personajes ni una estructura dramática y que los actores son, no representan sino más bien presentan y está presente. La presencia está, en este montaje, antes que el personaje.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El Cuerpo Ausente de Miguel Rubio

"Nuestro teatro puramente verbal ignora todo cuanto es teatro, todo vcuanto existe en el aire de la escena, todo cuanto ese aire mide y circunscribe, y tiene densidad en el espacio: movimientos, formas, colores, vibraciones, actitudes; gritos; nuestro teatro, en todo lo inconmensurable y que depende del poder de sugestión del espíritu".
-Antonin Artaud