viernes, 3 de octubre de 2014

La canción del corazón



Con su andar torpe y erguido 
se acerca el pingüino Guido.
Luce bastante elegante,
su plumaje está radiante.
Viste un hermoso chaqué
pero le duelen los pies…

“¿Es un ave ó es un pez?” 
Preguntan todos a la vez 
“Con alas puede viajar…
¿Por qué tanto caminar?
¡Qué pájaro para bobo!”
Riéndose, critica el lobo.

Guido sigue caminando 
y en sus pasos tropezando
“¡Parece estar borrachito!”
Rumorean los bichitos.
¡Ay, no saben los vecinos
que así camina el pingüino!

A Guido poco le importa 
y amable se comporta.
Anda bastante coqueto,
¿Acaso tiene un secreto?
Sonriente y decidido 
Anda en un mismo sentido. 

A lo lejos se oye un canto 
y Guido acelera el paso.
No comprende los latidos
que le causa ese sonido
pero tiene una sonrisa
y se desliza con prisa.

Cuando el canto se oye cerca
Guido frena y él apuesta 
que esa voz que está escuchando
la hallará también cantando,
entonces canta su canción 
mientras baila con sazón. 

Se le mueven las caderas,
Sus latidos se aceleran 
y el solo ritmo de su voz
de pronto se convierte en dos
pues detrás de una gran osa
canta una pingüina hermosa.

Con el ritmo van bailando,
sus cabezas inclinando. 
Muy feliz se encuentra Guido;
Su pingüina ha conseguido 
persiguiendo con intuición 
La canción del corazón.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Quiero

Que me revuelvan las pecas, dibujar más, una casa con balcón, una aspiradora de ácaros para mi colchón. Que alguien me abrace en las mañanas, aprender a lavar sábanas, el perfume que han descontinuado, ir a la oficina caminando. Terminar mi guión, desenredar mi cabeza, un hombre que me entienda. Cocinar más rico, lavadora, secadora y un molerito. Tener hijos. Que se me vayan las alergias, que se me achique la nariz, que no me salgan granos y un poco más de tamaño. Que me vuelvan los rulos, se me vayan los kilos, me regrese la inocencia, me provoque la convivencia. Un compañero. No tener que fingir, comer chees tris sin engordar. Cuando me toque; poder dar de lactar. Que se vaya el tráfico, dormir más, poderme escapar, tener cerca a Maria Paz. Teletransportarme a otro lugar, darle un beso a ese chico en el que no dejo de pensar,  cursos para aprender a actuar. Mi teatro, sentir paz, un amor incondicional. Ser la tía favorita de Emilia, que mi papi me engría. Entender a mi mamá, tener paciencia para no regañar, confiar más. Tomar más agua,  un poto duro, voluntad, que se me vaya la ansiedad. Encontrar mi estrella, tener más tiempo. Que todo me resbale, aprender sin leer, no quedarme dormida, decirle a alguien “la mesa está servida”. Un súper héroe, cantar, que me lea la mente. Un abrazo largo, pasear de la mano, hacer picnic en el jardín y que exista el comodín. Dormir más, pensar menos, que se detenga el tiempo. No envejecer, que me quiera él, a veces desaparecer. Dejar de buscar, encontrar,  comenzar, formar, tener un lugar, ser más, no tener que cambiar ni forzar, liberar, alargar, aclarar,  saber cuál, dejar de dudar, intentar, gritar, desear, olvidar, soñar más, tocar, vivir la realidad, aprender a contestar, observar, no llorar y estar. Nada más. 



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Lo seguiría por el mundo...

X: A un violinista sí lo seguiría por el mundo a donde vaya. 
Y: ¿Perdón?
X: A un violinista sí lo seguiría por el mundo a donde vaya.
Y: No entiendo…
X: Sobre todo si toca con todo su cuerpo. A uno que se mueve mientras toca; levanta la palma de los pies, estira las piernas, se inclina hacia el costado.
Y: ¿Lo has conocido?
X: Sí
Y: Y lo quieres seguir por el mundo…
X: Lo he conocido y casi me he muerto. 
Y: ¿Me explicas?
X: Por fin escuché el concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky en vivo. La primera  vez que lo escuche fue en una película en el 2008 y me obsesioné con la canción. La busqué y la escuché y la escuché y le escribí una carta a mi mamá diciéndole que dejaba lima para siempre y me quedaba en Francia para aprender a tocar esa canción. Después se me pasó pero desde ahí cada vez que viajo busco ese concierto; los dos años en Paris no hice otra cosa que buscar ese concierto en vivo y nada. Ayer vino la filarmónica de Londres y uno de los mejores directores de orquesta especialista en Tchaikovsky del mundo y una de las pocas violinistas que puede tocar esa canción en violín porque además resulta que es de las más difíciles en técnica. Patética soy. Tres horas antes del concierto yo ya estaba llorando y no entiendo porqué. En la oficina yo solo lloraba, se me salían las lágrimas. El concierto de Tchaikovsky era la segunda canción que iban a tocar. La primera pasó volando, yo no quería que llegue la de Tchaikovsky….
Y: Pero si habías ido a escucharla…
X: No estaba preparada…
Y: ¿y?
X: Cuando llegó, salió la violinista y casi me da un ataque. Ya estaba ahí la canción. En vivo. Terminó el primer movimiento y todo le mundo aplaudió -se supone que uno no aplaude entre movimientos-  pero casi me muero de la emoción durante todo el primer movimiento. No podía no botar la energía, así que también aplaudí. 
Y: Aplaudiste. 
X: Te mueres lo que es el primer movimiento... Es por esa parte, por esa parte de la canción, que le escribí esa carta a mi mamá. Después vino el segundo y tercer movimiento y el intermedio y después una sinfonía de otro compositor, linda… Brahms. Yo no la había escuchado antes, perfecta para calmarte, soothing, después de tanto drama. Lo que debe haber sentido Tchaikovsky para componerla… Agarra tu vida, la recorre por todos sus costados, como si la conociera perfectamente y luego la tira al piso y la arrastra para de nuevo tirarla al aire hasta las nubes y te vuele a tirar al mar y te moja, y te vuelve a arrastrar por tierra y al mismo tiempo todo es hermoso. Emocionalmente te deja exhausta y físicamente también porque tu cuerpo reacciona a las emociones que te genera su música. Mientras tocaba la sinfonía, el primer violín - otro, no la violinista de Tchaikovsky - se balanceaba en su silla, estiraba las piernas y se contraía mientras tocaba esta sinfonía que parecía diseñada para calmarte las emociones y aligerarte, disfrutar y sooth.
Y: La disfrutaste entonces… 
X: y pensé...

(Pausa)

X: y pensé... que a un violinista que se mueva así cuando toca, sí podría seguirlo por el mundo. 

(Pausa)

Y: Dime que lo buscaste, que le hablaste… 
X: Lo busqué... sí, pero no lo encontré. 

Conversaciones bonitas con amigas bonitas (Septiembre 2014)

martes, 23 de septiembre de 2014

Por si de nuevo se me olvida...

Por si de nuevo se me olvida; se me doblan las rodillas
Por si de nuevo se me olvida; escucho cómo el corazón palpita
Por si de nuevo se me olvida; se siente raro en la barriga
Por si de nuevo se me olvida; tengo un elefante sentado encima
Por si de nuevo se me olvida; ando de sonrisa en sonrisa
Por si de nuevo se me olvida; quiero compartir mi suerte y mi silla


Cincuenta metros cuadrados de soledad bonita

Y llegar y subir y caminar y abrir. Desde la puerta se siente el olor a basura; cáscaras de plátano con limón exprimido y un toque de alpiste molido. La bolsa está donde la dejé y es probable que por un par de días más, no la logre bajar.  Entro un poco más y cambia el olor pero me sigue molestando. Algunos dicen que así huelo yo. ¿A ambientador de vainilla, guardado ó naftalina? Si fuera a guardado, no me sorprendería. Ya no dejo todo tirado, desde que es mi propio espacio; lo cuido, organizo y limpio. Mi mamá decía que cuando sea mío sería distinto. Y es distinto. Si no cocino, no como; Si no barro, estornudo; Si no compro, no hay y si no lavo, huelo mal. Es como si de pronto, tuviera yo el control de mi vida. Es una sensación muy rica y liberadora, aunque a veces me sienta demasiado sola. Acá sí uso la cocina. Estoy segura de que me demoro el doble pero me gusta. Pelar mis camotes, exprimir mis naranjas, moler mi linaza y hervir mi agua se han convertido en una de mis actividades favoritas. Me ilusiona la idea de saber que yo misma lavo, pelo, corto y aderezo lo que me meto a la boca. Siento que me cuido, me engrío y me provoca. Meterme a mi cama nunca antes fue tan rico. Elegir una canción, bajarme una serie, llenar el termo de agua, prender el deshumedecedor, ventilar mi edredón, sacudir mis cortinas, barrer el balcón, regar mi palmera, rellenar los platitos de chocolates para las visitas, sacar con una escobilla el polvo de las esquinas. Todo. Todo es un placer hacer. Siempre quise ser una soltera independiente de película para servirme una copa de vino llegando a casa. Ahora que lo soy, lo hago… muchas veces sin ganas de vino. Se queda ahí, reposando y acompañándome mientras cocino. Después de cocinar, a comer. Siempre sobra comida, creo que no sé calcular ó quizás me encantaría que seamos más. Y como la comida no se deja, me la termino comiendo. Mi poto, mis piernas y caderas están creciendo. Los lavados correspondientes y a la cama. La cama; todo un mundo. Ahí pienso, lloro, me engrío, me toco, leo, escribo, trabajo y sueño. Sueño mucho. Mucho. Últimamente más. Estoy aprendiendo a manejarlos; me voy a dormir pensando en algo y ya se que mi primer sueño se tratará de eso. Hay bonitos y hay feos. Puedo manipular algunos, muchos los recuerdo y escribo, otros me los olvido y pocos se vuelven realidad. Luego suena la alarma; una, dos veces, tres veces más, salgo y cuando regreso, todo vuelve a comenzar. Hoy día así es mi hogar; Cincuenta metros cuadrados de soledad bonita. 


Hogar : Brazos que me abracen fuerte después de un mal día.

jueves, 11 de septiembre de 2014

En mi otra vida

Si te encuentro, recuerdo
respiros que yo no he oído,
latidos que no he sentido
y en el espacio me pierdo.
De pronto no existe el tiempo;
lo presente ya es pasado
y el futuro es olvidado.
Le pregunto a mi otra vida
si también te conocía 
ó esto estaba destinado.

domingo, 31 de agosto de 2014

Art

"She looked like art, and art wasn't supposed to look nice; It was supposed to make you feel something" - Eleanor and Park 


viernes, 22 de agosto de 2014

Cuando el futuro ya es pasado


"Y entonces unificó sus partes y se convirtió en una; pensaba por si misma y no hacía tanto caso a lo que la familia le decía. Recién en ese momento fue capaz de notar y aceptar lo que verdaderamente quería. Él deseaba lo que a ella le sobraba, ella buscaba darle a alguien lo que a él le faltaba. Por él conoció los lugares más lindos del mundo; viajaron por el mar. Gracias a él ella se conoció y destetó. Aprendió a mirarse y aceptarse. Por él conoció incontables libros, historias y canciones. Él era reconocido y querido. Era constantemente felicitado y  aplaudido. Su naturaleza de leona nunca sintió envidia, solo amor y admiración. Él era desgraciado cuando no suscitaba interés, por eso ella tenía que mostrarse atenta a sus historias. Fue por él que ella aprendió a escuchar. A escuchar de verdad. Fueron amigos, esposos y confidentes. Ella lo defendió cuando se sintió atacado y lo consintió cuando se echó a su lado. Él se enamoró de su alegría. Ella lo emocionaba, lo alegraba y lo hacía vibrar. Fueron cómplices. Él sabía lo que a ella le pasaba, reconocía sus estados de ánimo y hacía lo que esté a su alcance para hacerla feliz. Era una relación muy tierna. Legalizaron su unión y ella le dio un hijo ó dos. Ella era la esquina donde él se acurrucaba y la entendía sin que ella se explicara. Juguetones y seductores. Mimosos los dos. Él demostraba una gran sensualidad y movía cielo y tierra para satisfacerla. Al escuchar sus menores deseos, intentaba complacerla. Ella aceptaba con amor y admiración sus pequeñas manías. Para él, ella y su hogar tenían una importancia muy grande y es que ella le daba el toque sentimental y afectivo que necesitaba para encontrar un equilibrio. Tierno, romántico, sincero, inocente y apasionado; Todo lo que ella siempre había soñado. Él tenía una necesidad enorme de amor que solo ella, con su capacidad de dar, podía satisfacer. A menudo él tomaba las riendas del hogar y tomaba decisiones familiares que, una vez atribuida esta autoridad, ya no había marcha atrás. Ella solo confió. Por primera vez, se entregó. Lo tranquilizó y protegió. Lo contuvo. Él tenía miedo de perderla  y necesitaba escuchar incansablemente cuánto lo quería, cuánto le gustaba, cómo lo necesitaba y ella, tierna, se lo decía todas las veces que él se lo pedía. Ella sabía que lo que tenía a su lado era lo que había soñado, buscado y esperado; ella lo esperó. Por mucho tiempo lo soñó y lo buscó. Ella lo reconoció de inmediato por juguetón, culto y barbón. Tenía en mente esta descripción: Sensibilidad femenina, una raíz latina. Algo con el medio oriente. Pelos en la cara … Cuando lo encontró, perdió el miedo y le manifestó su afecto; le dio confianza para que él se abriera y le diera todo el amor y la ternura que tuviera... "  Predicciones de una vida pasada de una loca despeinada.