miércoles, 24 de septiembre de 2014

Lo seguiría por el mundo...

X: A un violinista sí lo seguiría por el mundo a donde vaya. 
Y: ¿Perdón?
X: A un violinista sí lo seguiría por el mundo a donde vaya.
Y: No entiendo…
X: Sobre todo si toca con todo su cuerpo. A uno que se mueve mientras toca; levanta la palma de los pies, estira las piernas, se inclina hacia el costado.
Y: ¿Lo has conocido?
X: Sí
Y: Y lo quieres seguir por el mundo…
X: Lo he conocido y casi me he muerto. 
Y: ¿Me explicas?
X: Por fin escuché el concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky en vivo. La primera  vez que lo escuche fue en una película en el 2008 y me obsesioné con la canción. La busqué y la escuché y la escuché y le escribí una carta a mi mamá diciéndole que dejaba lima para siempre y me quedaba en Francia para aprender a tocar esa canción. Después se me pasó pero desde ahí cada vez que viajo busco ese concierto; los dos años en Paris no hice otra cosa que buscar ese concierto en vivo y nada. Ayer vino la filarmónica de Londres y uno de los mejores directores de orquesta especialista en Tchaikovsky del mundo y una de las pocas violinistas que puede tocar esa canción en violín porque además resulta que es de las más difíciles en técnica. Patética soy. Tres horas antes del concierto yo ya estaba llorando y no entiendo porqué. En la oficina yo solo lloraba, se me salían las lágrimas. El concierto de Tchaikovsky era la segunda canción que iban a tocar. La primera pasó volando, yo no quería que llegue la de Tchaikovsky….
Y: Pero si habías ido a escucharla…
X: No estaba preparada…
Y: ¿y?
X: Cuando llegó, salió la violinista y casi me da un ataque. Ya estaba ahí la canción. En vivo. Terminó el primer movimiento y todo le mundo aplaudió -se supone que uno no aplaude entre movimientos-  pero casi me muero de la emoción durante todo el primer movimiento. No podía no botar la energía, así que también aplaudí. 
Y: Aplaudiste. 
X: Te mueres lo que es el primer movimiento... Es por esa parte, por esa parte de la canción, que le escribí esa carta a mi mamá. Después vino el segundo y tercer movimiento y el intermedio y después una sinfonía de otro compositor, linda… Brahms. Yo no la había escuchado antes, perfecta para calmarte, soothing, después de tanto drama. Lo que debe haber sentido Tchaikovsky para componerla… Agarra tu vida, la recorre por todos sus costados, como si la conociera perfectamente y luego la tira al piso y la arrastra para de nuevo tirarla al aire hasta las nubes y te vuele a tirar al mar y te moja, y te vuelve a arrastrar por tierra y al mismo tiempo todo es hermoso. Emocionalmente te deja exhausta y físicamente también porque tu cuerpo reacciona a las emociones que te genera su música. Mientras tocaba la sinfonía, el primer violín - otro, no la violinista de Tchaikovsky - se balanceaba en su silla, estiraba las piernas y se contraía mientras tocaba esta sinfonía que parecía diseñada para calmarte las emociones y aligerarte, disfrutar y sooth.
Y: La disfrutaste entonces… 
X: y pensé...

(Pausa)

X: y pensé... que a un violinista que se mueva así cuando toca, sí podría seguirlo por el mundo. 

(Pausa)

Y: Dime que lo buscaste, que le hablaste… 
X: Lo busqué... sí, pero no lo encontré. 

Conversaciones bonitas con amigas bonitas (Septiembre 2014)

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