viernes, 22 de mayo de 2009

Mil aplausos, mil aplausos, mil aplausos

Un viaje, una obra de teatro, una foto bonita que me traiga recuerdos, una buena canción, una letra que me haga llorar, un espectáculo, alguien que me respete, alguien que me engría, alguien que me haga reír, una amiga, Natalia, un momento cariñoso, una amiga, Maria Paz, un consejo, una risa, una carcajada, una buena clase, dormir, soñar, palabras, lagrimas, un acto, una escena, un telón que se cierra conmigo al otro lado sonriendo, mil aplausos, mil aplausos, mil aplausos. Todo esto estoy pensando, estoy queriendo, estoy esperando. Me asomo por el balcón que tan divertido me parece, ha comenzado a ser mi lugar preferido en la casa. Una forma de estar fuera estando dentro, un lugar donde no hay nada que romper, nada que cuidar. Solo miro afuera, me siento y pienso. Por fin pienso. Se me vienen personas, clases, libros, letras, muecas, cigarros, fiestas, computadoras, facebook, fotos, eventos, palabras, música, peleas, llantos, un baile, un viaje, un horno microondas, canchita, un naciemiento, otro nacimiento, un enamorado, un fracaso, un despertador sonando, la calle, un semáforo y todo lo que me rodea… y pum! Me quedo en blanco… por fin en blanco y ahora sí pienso. Por fin pienso.

De pronto estoy cansada, sin ganas de nada, con deseos de cerrar los ojos y quedarme dormida sin pensar, solo soñando por horas, por días, por meses y hasta a veces años. Solo quiero descansar, levantarme y de pronto sentirme feliz, alegre…simplemente yo nuevamente. No entiendo que me pasa, que siento, que quiero. De repente me levanto y me siento extraña; alguien que le cuesta sonreír, que ya no tiene paciencia, que todo le apesta y la aturde. Yo necesito ser ese "nombre de dama horizontal de seis letras", que me levanta día tras día motivada, contenta, con ganas de alegrar y engreír a todos los que la rodean. Necesito un poquito de autenticidad y de verdad. Muchas veces me encuentro mirando fuera de lo mío tan solo deseando, tan solo queriendo. En estos días solo me provoca vomitar, botar esa pelota de pelos que no me deja respirar y que no comprendo su razón de ser. Me paso la vida pensando quien soy, como soy y qué es lo que me fascinaría ser. De pronto me muero de miedo porque comienzo a sospechar que después de todo, la gente cambia y que quizás no sea un mal día, quizás yo he cambiado. He cambiado y extraño mis miradas anteriores, mis sonrisas sin sentido, mis humores divertidos, la autenticidad, la luz, las risas, las muecas, los ojos, las palabras, llorar por todo, emocionarme por todo. Será que volveré cuando comience a sentirme completa, cuando haga aquello que me llena, que me hace feliz. Hoy me di cuenta que no puedo ser tan transparente. No tengo otra cara cuando lo único que quiero es poner la cara que dice como me siento. No puedo actuar en mi vida, no puedo fingir. Me quedaría en la cama acompañada de música que me haga pensar. De repente el problema es mi capacidad de pensar, pensar, pensar y no parar hasta conseguir respuestas. Necesito leer, aprender, llenarme la vida de historias que no son mías y de personajes que observar y analizar. Quiero vivir de mí misma. De mis cosas, de mis alegrías y de mis tensiones. De mis días buenos y de los malos. Quiero conocer gente nueva, sencilla, que no necesita de nada más que una buena conversación para sonreír. Quiero bailar, conocer danzas nuevas, aprender nuevos pasos y movimientos. Llorar cuando no me sale nada y cuando me siento mediocre. Quiero vivir en un hueco sencillo, bonito, creado por mi, decorado con mi genio y con mis gustos. Que sea mi lugar preferido en el mundo; donde me sienta en paz, donde no necesite nada más que mi cama para soñar. Donde no me desespere cuando me hacen algo mal porque al fin y al cabo todo depende de mi. Yo me encargo, yo me hago, yo me limpio, yo…solo yo. No, no, no… retiro lo dicho, o mejor dicho escrito. No quiero sentirme sola, no quiero pensar en “yo”. (22 de Marzo 2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario